El duelo es un período en la vida de una persona que ocurre cuando ha perdido a alguna persona importante, puede ser por la muerte, por el término de una relación, por el diagnóstico de alguna enfermedad terminal, etc. Suele ser muy doloroso y puede durar por mucho tiempo.
La palabra “duelo” proviene del latín “Duellum” que significa pelea o combate entre dos partes y se refiere a la lucha interna entre los dos sentimientos fuertes que una persona siente cuando ha perdido a alguien. Por un lado no se quiere admitir que esa persona en realidad se ha ido, pero por otro lado la realidad se impone y la tristeza aparece.
El duelo tiene varias etapas, pero no todos pasan por todas ellas y a cada persona le afecta de formas y tiempos diferentes. Cuando nos damos cuenta que alguien está pasando por el duelo debemos respetar esto y no decirle “ya pasó, tenés que dejar de llorar” o “no te pongas triste” y otras variaciones. En vez de hacerle sentir que no debe estar triste, hay que dejarle que llore y que se sienta libre de sentir la pérdida para luego poder superarla y seguir adelante.
Debemos tener cuidado y prestar atención cuando ciertos síntomas fuertes (no puede disfrutar de la vida, sigue amargada, se aleja de las actividades sociales, pierde el sentido de la vida, no puede pensar en el futuro, etc.) no desaparecen luego de más de dos meses ya que se puede tratar de un duelo patológico que puede llevar a una depresión y es necesario que busque ayuda profesional.
Es importante que recordemos a las personas fallecidas de alguna manera que sea agradable y que no nos impida continuar con nuestra vida y saber que superar la pérdida de un ser querido no quiere decir olvidarse de ella, sino tenerla presente de forma adecuada en la vida emocional.
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